Exuvia
Po Alicia Menises
Texto curatorial, Museo Areco, Posadas 2013
Todo ser humano es capaz de experimentar un sentimiento estético ante una obra, pero dicho sentimiento no puede bloquear el descubrimiento de otras realidades que se esconden detrás de esos elementos formales que han hecho posible tal experimentación.
En la obra de Andrés Paredes la redescripción de la realidad natural a través de sus entramados laberínticos de vegetación y de sus “bichos” sobredimensionados se constituye en un vehículo de expresión y reflexión sobre la posibilidad de otros modos de existencia.
En esta exposición, el artista, propone un tiempo de contemplación y descubrimiento, coloca ante nuestros ojos y nos hace visible el transito hacia una nueva conciencia formal, espiritual, social basada en el deseo de redefinición al que todo ser humano puede aspirar.
En la elección deliberada de mariposas, chicharras y libélulas, Andrés asienta su gran metáfora sobre la probabilidad del cambio, entendido como transformación hacia un posible distinto, nuevo, renovado.
Estos insectos, luego de pasar por un proceso de crecimiento y diferenciación, mudan de piel o exoesqueleto. Por eso adquieren dentro de la obra una dimensión simbólica amplificada, en la certeza de que este proceso permite a ese ser vivo continuar su crecimiento y desarrollo vital.
En Exuvia, la piel abandonada se vuelve testimonio, constatación de que algo ha ocurrido, en él.